Maria Quiñones-Sánchez: tengo cáncer de mama
Por qué mantuve mi diagnóstico de cáncer en secreto durante cinco meses y por qué lo estoy contando ahora.
A principios de este mes, asistí a la presentación del marcador histórico de Gloria Casarez, uno de los íconos de las comunidades LGBTQ más importantes de Filadelfia, quien murió de cáncer de mama en 2014. Mientras escuchaba al poeta y activista David Acosta hablar sobre su vida, me emocioné mucho.
Cuando decidí asistir a la ceremonia, no estaba segura de cómo reaccionaría, ya que he estado viviendo con un secreto durante los últimos meses: estoy librando mi propia lucha contra el cáncer de mama, una que comenzó este verano después de recibir mi primera mamografía en siete años.
Como muchas otras, había pospuesto mis exámenes debido al trabajo y trajín de la vida, y luego la pandemia de COVID-19 me dio otra excusa para no ir al médico. Pero este año, le prometí a mi esposo que una vez que el proceso presupuestario del Concejo Municipal terminara en junio, programaría mis citas.
Sabía al hacerme la mamografía que tenía un pequeño bulto en el seno, pero como nunca había sido doloroso, postergué la prueba. Después de la mamografía, inmediatamente me hicieron una ecografía y unos días después, una biopsia confirmó mi cáncer. Estaba tan enojada conmigo misma por haber esperado tanto tiempo para que me revisaran.
En agosto, decidí hacerme una mastectomía de mi seno izquierdo. Pensé que al tomar esta decisión, podría evitar la quimioterapia y la radiación. Después de la cirugía, me sentí devastada cuando mi médico me dijo que, para prevenir futuras enfermedades, el plan de tratamiento tenía que ser más agresivo.
Aunque confiaba en mi médico, fui a Penn en busca de una segunda opinión, con la esperanza de que pudieran decirme algo diferente. Estaba decidida a mantener mi horario de trabajo. Tres días después de que me extirparan el seno, me uní a una reunión de Zoom con mi personal de trabajo, sin perder el ritmo en mis deberes como concejal de la ciudad.
Aunque actualmente no tengo cáncer, ahora estoy recibiendo quimioterapia en las instalaciones de última generación de Penn y espero comenzar con la radiación preventiva en unas pocas semanas.
A lo largo de esta experiencia, me he sentido muy afortunado de vivir en Filadelfia, donde recibí una atención médica excepcional. Tuve mi prueba inicial en el Hospital de la Universidad de Temple y he trabajado con la Dra. Lisa Jablon en el Centro Médico Einstein, quien realizó mi mastectomía. El Dr. Sameer Patel del Fox Chase Cancer Center hizo mi reconstrucción mamaria y la Dra. Susan Domchek del Penn’s Perelman Center supervisa mi quimioterapia y radiación.
Mis médicos me dicen que para febrero, toda esta experiencia puede estar en el espejo retrovisor. Me siento afortunada de que, aunque pospuse mi mamografía, el cáncer se detectó lo suficientemente temprano como para recibir tratamiento. Sé que este no es el caso de todas.
Originalmente, planeé guardar silencio sobre mi diagnóstico hasta el mes de diciembre, cuando completo mi tratamiento. Mi decisión se consolidó aún más después de que me corté el pelo, en preparación para la peluca que sabía que tendría que usar cuando perdiera el cabello, y muchas personas lo notaron. Si la gente tuvo tantas opiniones sobre mi cabello, ¿qué pensarían de esto? Me asustó exponer algo tan personal sobre mí. Hasta hace poco, las únicas personas que lo sabían eran mi esposo, mi madre, mis hijos y mi cuñada. No le dije a mi personal hasta que comencé la quimioterapia en septiembre.
Pero durante todo el mes de octubre, el mes de la concientización sobre el cáncer de mama, escuché a tantas mujeres hablar con valentía sobre su cáncer. Pensé en las mujeres que conozco que han perdido sus batallas con el cáncer de mama: mi amable y cariñosa cuñada Lourdes Cintrón Sánchez, Vivian Ortiz, la presidente nacional del Congreso de Mujeres Puertorriqueñas, y una amiga de la familia la semana pasada.
Me pregunté: ¿qué haría Gloria Casarez? Siempre me he sentido orgullosa de ser auténtica y accesible. Cuánto más escuchaba hablar a otras mujeres valientes, más culpable me sentía por no ser honesta acerca de mis propias experiencias.
Por eso decidí contar mi historia ahora. Espero que convenza a otras mujeres de hacerse la mamografía.
A lo largo de esta experiencia, me han preocupado especialmente las mujeres Negras y latinas.
Si bien las mujeres Negras tienen la misma probabilidad de ser diagnosticadas con cáncer de mama que las mujeres blancas, tienen casi un 40% más de probabilidades de morir a causa de la enfermedad. Y según una nueva investigación de Penn, las mujeres Negras tienen un riesgo casi tres veces mayor de cáncer de mama triple negativo, para el que existen menos tipos de tratamientos porque no responden a los medicamentos de terapia hormonal o a los medicamentos que se dirigen a ciertos receptores de proteínas.
Mientras tanto, una investigación publicada en Cancer Control, una revista médica, encontró que el cáncer de mama es el tipo de cáncer más común diagnosticado entre latinas en los Estados Unidos y es la principal causa de muerte relacionada con el cáncer en la comunidad. Las mujeres puertorriqueñas y mexicanas tienen más probabilidades que otras mujeres hispanas de morir de cáncer de mama.
En Filadelfia, tanto las mujeres Negras como las latinas tienen más probabilidades que las mujeres blancas de tener dificultades para acceder a la atención médica y al seguro de salud, lo que les dificulta obtener las pruebas preventivas que podrían salvarles la vida.
A mis hermanas Negras y latinas: espero que ven en mi historia una razón para hacerse un autoexamen de los senos hoy. Necesitan conocer sus senos para saber si algo no se siente bien. Y sepan que los autoexámenes no son suficientes. Háganse una mamografía con regularidad. Gracias a mi propia experiencia, he aprendido que las pruebas de detección periódicas son absolutamente vitales para detectar y tratar esta enfermedad.
Mi promesa a las mujeres de Filadelfia es que seré una promotora de opciones de detección más amplias, más acceso a las pruebas de detección y lograr que las mujeres de color se involucren más en sus opciones de salud. Esto es lo que las mujeres valientes que represento merecen y esperan que haga.
Maria Quiñones-Sánchez representa al séptimo distrito de Filadelfia en el Concejo Municipal.
Traducido al español por las periodistas Laura Calçada Barres y Jesenia De Moya Correa.