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En Filadelfia, Nuestra Señora de Guadalupe no será celebrada por las multitudes este año

El Día de Nuestra Señora de Guadalupe es la celebración religiosa más popular para mexicanos de todo el mundo. Debido a la pandemia de COVID-19, la tradición centenaria se ha visto interrumpida.

David Meneses, propietario de la Cafetería y Panadería Las Rosas en el sur de Filadelfia, sostiene una foto de Nuestra Señora de Guadalupe, mientras posa para un retrato, el jueves 10 de diciembre de 2020.
David Meneses, propietario de la Cafetería y Panadería Las Rosas en el sur de Filadelfia, sostiene una foto de Nuestra Señora de Guadalupe, mientras posa para un retrato, el jueves 10 de diciembre de 2020.Read moreHEATHER KHALIFA / Staff Photographer

Después de dos décadas de grandes celebraciones en Filadelfia por parte de la comunidad mexicana local, los fieles no podrán honrar a la Virgen de Guadalupe con reuniones masivas este año. No habrá procesiones desde las nueve iglesias participantes de la ciudad, ni mariachis ni comidas compartidas en la Catedral Basílica de San Pedro y San Pablo el viernes por la noche.

Las regulaciones actuales para detener la propagación de COVID-19 han cambiado el escenario tradicional de Filadelfia para las festividades, cuando al menos 2,000 feligreses se reunían para la misa en la Catedral, la noche antes del Día de la Virgen, el 12 de diciembre.

La Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe es la celebración religiosa más popular para mexicanos en todo el mundo. En México, los devotos de Lupita cantan las mañanitas el 11 de diciembre, cerca de la medianoche, en una procesión hacia la Basílica de Guadalupe en Ciudad de México. El 12 de diciembre, millones de personas visitan el templo de la Virgen para dejar ofrendas, rendir homenaje y pedir milagros.

Este año, debido a la pandemia, no habrá celebración ni homenaje a la Virgen en la Basílica de Guadalupe, ya que las actividades religiosas han sido canceladas por primera vez desde 1927, cuando la Iglesia Católica decidió cerrar todos los templos del país, para protestar unas propuestas de ley que limitaban las prácticas religiosas en México. La emblemática celebración se realiza desde hace 489 años.

Monseñor Salvador Martínez, rector del Santuario Guadalupano en México, ha invitado a los feligreses a celebrar a la Virgen en sus iglesias locales, si es posible, o en sus hogares a través de radio, televisión y otras plataformas digitales.

En Filadelfia, la celebración ha sido modificada por las pautas y restricciones actuales, que afectan a los lugares de culto, pero no ha sido cancelada. La Arquidiócesis de Filadelfia está organizando la misa anual en la Catedral, a las 9:00 p.m., para quienes se hayan registrado para participar en persona, cumpliendo con las normas de seguridad y sanidad. La asistencia se ha limitado a 20 personas por parroquia. La eucaristía se transmitirá en vivo por las cuentas en línea de la Arquidiócesis.

“Los métodos utilizados para observar la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe este año son coherentes con el enfoque arquidiocesano de las celebraciones litúrgicas que hemos tenido desde el inicio de la pandemia”, dijo Kenneth Gavin, portavoz de la Arquidiócesis, en un comunicado por correo electrónico. Reconoció la celebración como una de gran importancia para la comunidad católica hispana de la región.

Las parroquias de la ciudad celebrarán con misas individuales el sábado, el Día de la Virgen, con límites para la participación en persona.

Durante los últimos 10 años, Leticia de la Cruz, de 38 años, convirtió en una tradición familiar vestirse, junto con sus dos hijos, con coloridos quexquémitl, bordados en lana, que su madre hacía cada año y enviaba desde México. Los tres se unían a la procesión de más de tres kilómetros de distancia, desde la Iglesia Santo Tomás de Aquino en el sur de Filadelfia hasta la Catedral. Dijo que era su manera de educar a sus hijos estadounidenses sobre su herencia mexicana.

“Estaba tratando de mostrarles la importancia de la tradición, la herencia cultural y el valor de la fe. Pero una cosa es lo que queremos hacer y otra es lo que podemos hacer“, dijo De la Cruz sobre la nueva realidad que trajo la pandemia.

Este año, De la Cruz no planea asistir a ninguna de las misas y no ha hecho ningún plan para celebrar en casa a la Virgen de Guadalupe. Su esposo se acaba de recuperar de las complicaciones de salud causadas por COVID-19. Dijo que la pandemia le ha enseñado a vivir día a día, en lugar de hacer planes a largo plazo. Ella tiene la esperanza de que la comunidad mexicana vuelva a celebrar sus tradiciones algún día.

David Meneses, de 40 años, es dueño de la Cafetería y Panadería Las Rosas. Él es uno de los 10 dueños de negocios que cada año preparan comida para los feligreses en la Catedral, como sus propias ofrendas a Lupita. Desde que abrió la panadería en la esquina de las calles South 8th y Watkins en 2011, Meneses ha participado en el evento organizado por la comunidad, horneando pan, preparando champurrado y churros y ofreciendo café. Meneses entendió que esta era la mejor manera de continuar con las tradiciones que celebraba en México.

“Antes, íbamos caminando o en bicicleta en la procesión hacia la Basílica, como parte de la ofrenda. Pero en este país, como tenemos un negocio, ponemos nuestro corazón en lo que hacemos y le devolvemos a la Virgen lo que nos ha dado durante estos años“, dijo sobre sus actos de devoción.

Meneses dijo que se sintió decepcionado cuando se enteró que se limitaron las actividades en Filadelfia. Dijo que orará, junto con su esposa y sus dos hijos, en casa.

Durante los últimos 20 años, Antonio Tepayolt, de 51 años, ha organizado a feligreses de la Iglesia de Santo Tomás de Aquino en las calles Morris y South 17th para las celebraciones de Nuestra Señora de Guadalupe. Dijo que este es el primer año que su iglesia ha enfrentado tales desafíos para organizar las festividades.

Aunque no hay procesión, él y otros organizadores deben asegurarse de que todos los asistentes, ya sea en la catedral o en la iglesia en South Philly, tengan mascarillas para utilizar durante la misa y que se le tome la temperatura a los feligreses en la entrada. A los inscritos para la misa del 11 de diciembre, se les pidió cenar antes de partir hacia la Catedral y cumplir con las regulaciones de capacidad limitada.

Tepayolt agradeció que la Arquidiócesis otorgara permisos para celebrar la Virgen, incluso si fuera en un entorno modesto.

“Esas son cosas que son impredecibles”, dijo. “No podemos preguntar por qué, pero celebramos con limitaciones”.