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Comercios en North Philly abren a un “revés”: “Cuando abren la puerta, no tenemos idea qué va a pasar”.

"Tomará tiempo volver a poner el lugar en buen funcionamiento, pero básicamente depende de mí".

"NO QUEDA NADA" y "DETERIORADO ¿SE FIJA?" se lee en pintura de aerosol tipo graffiti en las puertas corredizas que cubren el frente de varias empresas en las avenidas Germantown y Lehigh, el 19 de junio de 2020.
"NO QUEDA NADA" y "DETERIORADO ¿SE FIJA?" se lee en pintura de aerosol tipo graffiti en las puertas corredizas que cubren el frente de varias empresas en las avenidas Germantown y Lehigh, el 19 de junio de 2020.Read moreELIZABETH ROBERTSON / Staff Photographer

Si no fuera por las góndolas vacías, donde solían estar las fundas de papitas, pareciera que los asuntos han vuelto a la normalidad en Double Star Mini Market, en Germantown Avenue con la calle Huntington: suenan las bachatas a todo volumen mientras entran clientes a la bodega.

Pero, Francisco Torres usó la palabra “tenso” para describir los últimos días de trabajo, mientras veía imágenes en vivo de nueve cámaras de seguridad, en el monitor de la bodega.

El cocinero, de 41 años, fue uno de los primeros en llegar a la bodega el domingo 31 de mayo, después que fue vandalizada y saqueada. Dijo que el dueño del negocio sufrió pérdidas enormes: alrededor de $25,000 dólares en daños a la propiedad, mercancía destrozada y dinero robado. Ahora, Torres se preocupa por las intenciones de cualquiera que entre al negocio.

“Estábamos parados justo aquí [en frente de la bodega] cuando escuchamos a alguien decir que esto era a propósito”, recordó Torres sobre la destrucción. “Cuando abren la puerta, no tenemos idea qué va a pasar”.

Ha pasado un mes desde que grupos de personas destrozaron y saquearon propiedades públicas y privadas en toda la ciudad, el fin de semana después que mataran a George Floyd en Minneapolis. En el norte de Filadelfia, los distritos comerciales en vecindarios densamente poblados por latinos y otros afrodescendientes se vieron severamente afectados, particularmente en Fairhill y Hartranft.

El Inquirer entrevistó a dueños de negocios en los distritos comerciales de Germantown Avenue, Centro de Oro y Front Street y descubrió que continúan limpiando los negocios, que cuentan con poca asistencia financiera y que temen que habrán más saqueos, si continúan los disturbios sociales.

Entre el 30 de mayo y el 23 de junio, OpenDataPhilly reportó 36 casos de robos en estas tres áreas comerciales, siendo Germantown Avenue la más afectada con 23 casos.

El Centro de Oro y Front Street fueron destrozados y saqueados durante los últimos días de mayo. Germantown Avenue vio una tienda de calzado en llamas a mediados de junio. En estos días, los tres distritos muestran vitrinas cubiertas con tablas de madera, puertas corredizas rotas y estructuras cubiertas con pintura en aerosol.

Ahora, el ingreso de los negociantes y el sustento de los residentes locales que dependen de estas áreas para comprar comida y obtener empleos están amenazados. En estos distritos comerciales, el saqueo y la lenta recuperación profundizan las brechas y desigualdades para los ciudadanos negros y latinos del norte de Filadelfia.

Maria Gonzalez, presidente y directora ejecutiva de la Asociación de Contratistas y Empresas Hispanas (HACE, en inglés), dijo que la situación es devastadora para estas pequeñas empresas, especialmente cuando la pandemia del coronavirus ha destrozado la finanzas de la mayoría de estos negocios.

Estimó que 30 negocios se vieron afectados solo en las áreas comerciales del Centro de Oro y Front Street, donde HACE ha supervisado esfuerzos de desarrollo comunitario desde 1982. Gonzalez dijo que los actos violentos ocurridos a fines de mayo fueron un “revés” para la comunidad empresarial. Añadió que estos distritos en el vecindario de Fairhill suelen tener dificultades para atraer inversionistas, y ahora necesitarán recuperarse del vandalismo y el saqueo.

“Tenemos que esperar a que el polvo se asiente para construir esa confianza de nuevo y convencer a la gente de que vale la pena invertir en esta área”, dijo.

Los distritos comerciales habían visto ganancias recientes, como cuando el Centro de Oro recibió un cambio de imagen de $3.8 millones de dólares en 2011, para destacarlo como un centro cultural vibrante para las comunidades latinas de Filadelfia, que siguen en aumento. El distrito en las avenidas Germantown y Lehigh también había avanzado, luego de ser evaluado como el área empresarial con la mayor cantidad de parcelas comerciales vacías en el distrito norte del Plan Estratégico 2035 de la Ciudad de Filadelfia.

Gonzalez dijo que ahora es estresante ver estas pequeñas empresas “apagar las luces”.

Ella dijo que algunos dueños de negocios no podrán abrir sus puertas nuevamente, lo que conducirá a más parcelas comerciales vacías y una mayor tasa de desempleo en los vecindarios. Gonzalez dijo que esto pudiera obligar residentes a mudarse o tener desplazamientos más largos para llegar al trabajo, comprar comida y buscar sus medicamentos.

En el Centro de Oro en 5th Street, el farmacéutico David Ostrow estimó que los gastos en daños y pérdida de inventario asciende a $100,000 dólares en Cambria Pharmacies, un negocio familiar de 55 años de antigüedad, que provee servicios a un vecindario predominantemente latino.

El negocio, ubicado en la cuadra 2800 de North 5th Street, fue saqueado el 31 de mayo, cuando destrozaron las ventanas del negocio y la puerta corrediza de seguridad, mercancía general y al menos 200 recetas médicas, que estaban listas para ser despachadas. Dijo que hubo un robo sustancial de sustancias controladas, específicamente medicamentos para el dolor, lo que reportó a la Administración de Control de Drogas.

Gonzalez, con HACE, dijo que las farmacias fueron las más afectadas en el distrito comercial del Centro de Oro. Añadió que de las áreas comerciales con las que trabaja, el distrito de Front Street fue el más afectado, debido al tipo de negocios establecidos allí: tiendas de ropa, peluquerías, centro de servicios al cliente para telefonía móvil y salones de belleza.

A lo largo de la cuadra 3200 de North Front Street se encuentran la ferretería Joe’s Hardware and Automotive Parts. Ha estado allí desde 1970, cuando el padre de Bob Gottfried abrió el negocio. Cuatro semanas después del saqueo de finales de mayo, el propietario de la segunda generación estaba operando, pero aún limpiaba vidrios rotos y vitrinas dañadas.

Gottfried estaba esperando el dinero de una póliza de seguros para reparar algo de los $10,000 dólares que estima en pérdidas y daños. La tienda ya estaba operando en horario reducido debido a la pandemia. A pesar de perder el 25% del inventario, dijo que se resignó a hacerse cargo de las reparaciones. Es dueño del edificio y no espera apoyo de las autoridades locales.

”Tomará tiempo volver a poner el lugar en buen funcionamiento, pero básicamente depende de mí”, dijo Gottfried.

El Departamento de Comercio de la Ciudad de Filadelfia se ha asociado con The Merchants Fund para crear el Programa de Restauración y Reapertura, con $1.4 millones de dólares en fondos iniciales para apoyar a los empresarios que sufrieron daños o pérdida de inventario durante los saqueos recientes, con subvenciones de hasta $10,000 dólares.

El programa, administrado por The Merchants Fund, se centra en comunidades históricamente desfavorecidas. Se lanzó el lunes 22 de junio y tenía una fecha límite de solicitud de una semana, hasta el domingo 28 de junio. Al mediodía del viernes 26 de junio, se habían presentado 350 solicitudes.

La bodeguera y líder empresarial Enerolina Meléndez dijo que apreciaba el esfuerzo de la Ciudad para apoyar a las pequeñas empresas que se vieron afectadas, pero dijo que una semana no era suficiente tiempo para que los dueños de negocios completaran una solicitud.

Dijo que los propietarios con barreras idiomáticas y acceso limitado a internet necesitaban asistencia personalizada en un momento en que organizadores y dirigentes sirviendo a la comunidad empresarial se ven atrapados, haciendo otros servicios como parte de los esfuerzos de socorro económico por la pandemia.

“Solo espero que no le den más tiempo a los gentrificadores que van a entrar aquí, ahora que nos han robado nuestras raíces, la esencia de la Avenida [Germantown]”, dijo Meléndez, propietaria de Rodríguez Grocery en calles 9 y Cumberland, a dos cuadras del área comercial.

La corporación de desarrollo económico público-privada de Filadelfia (PIDC, en inglés) pronto abrirá solicitudes para el Fondo de Préstamos de Reinicio PHL, un programa de $3 millones de dólares, que proporcionará capital flexible con bajo interés a pequeñas empresas que cumplan con criterios específicos. Está dirigido a comunidades históricamente desfavorecidas, concentrándose en negocios que sean propiedad de latinos y otros afrodescendientes, en distritos comerciales en áreas de bajos ingresos.

Mientras Philly se prepara para la fase “verde” en la reapertura de la economía del estado y los legisladores en Harrisburg pujan por para una reforma policial en todo el estado de Pensilvania, la empresaria Brenda Rodríguez no tiene muchas esperanzas.

Después de pasar tres días y cuatro noches vigilando su tienda de tecnologías en la cuadra 2600 de Germantown Avenue, la mujer de 73 años dijo que se siente consternada por lo que se avecina para el área comercial, la comunidad a la que sirve y el futuro de los dueños de negocios en North Philly.

“Temo que esto [vandalismo y saqueo] volverá a suceder, porque es cuestión de tiempo antes que volvamos a saber que mataron a otro [hombre afrodescendiente]”.