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En Filadelfia, los servicios de comida para llevar se preparan en casa con sentido de comunidad y cultura

Personas dedicadas a vender alimentos desde el hogar han cultivado negocios exitosos sin establecer un restaurante tradicional, siendo muchas de ellas mujeres y personas de color.

El chef José Luis Reynoso prepara tostones dentro de su camión de comida, Alta Cocina, ubicado en el vecindario de Juniata, el martes 28 de julio de 2020.
El chef José Luis Reynoso prepara tostones dentro de su camión de comida, Alta Cocina, ubicado en el vecindario de Juniata, el martes 28 de julio de 2020.Read moreHEATHER KHALIFA / Staff Photographer

Al abrir el envase, se da cuenta que tiene algo más que el servicio de comida para llevar.

A menudo, los pedidos se preparan y venden en cocinas domésticas, camiones de comida y carritos ambulantes de vendedores locales, que regularmente incluyen carne con dos o tres guarniciones. Algunas veces, los acompañamientos son solo una ensalada o papas fritas. A veces, los servicios son de arroz y tostones con la ñapa de carne que el vendedor regala; una porción extra para agradecer al cliente.

Estos platos también resaltan las restricciones, las precauciones del negocio y la transformación necesaria en el sector de la comida.

Kindle Burrows, de 41 años, dirige Pleasure Platters desde su cocina doméstica en West Oak Lane. Prepara y vende entre 60 y 75 platos de comida los viernes, sábados y domingos, que ofrecen cangrejo, mejillones, camarones y otros alimentos del mar.

Cuando comenzó el cierre de la economía por la pandemia, su negocio mejoró, algunos días vendiendo hasta 100 servicios de comida. Burrows sospecha que los clientes que no podían comer en los restaurantes estaban pidiéndole a ella.

“No me quedaba nada de comida en la casa”, recordó Burrows. “Tuve que cerrar temprano todos los días, literalmente. Era algo así, como que: ‘Escuchen, solo tengo cuatro hornillas en esta casa. Es todo lo que puedo hacer’“.

Burrows es una de los residentes de Filadelfia que se dedican a vender comida desde el hogar, que han cultivado negocios exitosos sin establecer un restaurante tradicional.

Muchos de estos vendedores son mujeres y personas de color. Son cocineros caseros que emprenden una trayectoria como vendedores de comida para llevar, debido a presiones económicas, a la burocracia del papeleo y las licencias y a las dificultades para adquirir el capital necesario para abrir un restaurante tradicional.

Psyche Williams-Forson, directora del Departamento de Estudios Americanos de la Universidad de College Park en Maryland, explicó que las mujeres afrodescendientes sufrieron discriminación laboral y falta de acceso a licencias de trabajo después de la época de esclavitud, y por lo tanto han trabajado como vendedores informales de alimentos durante siglos.

Sin oportunidades en otras partes de la economía, Williams-Forson dijo que las personas de color en todo el territorio de los Estados Unidos, regularmente personas migrantes, han recurrido a ofrecer servicios de comida para llevar, para “proporcionar un servicio a su comunidad” y ofrecer “sostenibilidad cultural” en cada plato.

El chef José Luis Reynoso y Ana Roque, propietarios del camión de comida Alta Cocina, han visto un aumento de 200% en los pedidos de servicios de comida para llevar desde su reapertura a fines de mayo.

El camión de comida de fusión domínico-europea vende platos de paella de mariscos, mangú con salami y huevos duros, ceviche de pescado, carnitas con tostones, berenjenas rellenas con jamón y queso en la avenida Hunting Park. Contrataron cinco empleados en dos turnos y siguen necesitando ayuda adicional para servir hasta 400 servicios de comida los sábados, principalmente para llevar.

Roque, de 51 años, dijo que los camiones de comida son el “experimento perfecto” para los restaurantes del futuro, ya que piensa que las regulaciones de la pandemia afectarán a la industria por mucho tiempo.

“Siento que estamos viviendo la mejor experiencia del momento, porque el camión de comida es más fácil de limpiar y de desinfectar, no es tan formal como la cena en interiores y garantiza el distanciamiento social”, dijo Roque.

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Aquí hay tres lugares donde puedes pedir una comida completa en un plato para llevar:

Blk Grl Rolls: Sushi vía Instagram en Northeast Philly

Amanda Smith comenzó su negocio Blk Grl Rolls inspirada por la celebridad de internet Tabitha Brown, quien prepara sushi a base de plantas. Smith decidió intentarlo.

“Durante la cuarentena, estaba cocinando muchos platos diferentes, pero nunca pensé en sushi”, dijo Smith, de 19 años de edad. Hizo algunos. Luego compartió los resultados en una historia de Instagram.

“Cuando lo publiqué, tuve a mucha gente enviándome mensajes como: ‘¡Hola! ¡Dios mío! Eso se ve muy bueno. ¿De dónde lo sacaste? Si lo hiciste, ¿lo vas a vender?‘”.

Así que Smith, una estudiante en la Universidad de Temple (que trabajaba como cajera en 7-Eleven antes de la pandemia), lanzó Blk Grl Rolls a finales de mayo; un servicio de sushi vía Instagram.

Más allá del especial vegano de Tabitha Brown, Smith ha expandido su menú para incluir los rollos de tempura de camarones, los rollos de atún picante, los rollos tipo California y otras variaciones clásicas.

Blk Grl Rolls no tiene un horario de trabajo establecido. Smith anuncia días de sushi a través de @blkgrlrolls, y acepta pedidos a través mensajes directos en Instagram, haciendo que el sushi esté disponible para ser recogido o entregado a domicilio en toda la ciudad. Los rollos individuales acompañados con arroz cuestan $13 dólares, los servicios de sushi se venden por $13 y los juegos de tres rollos cuestan $20. El costo del servicio a domicilio varía.

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Alta Cocina: De YouTube a la avenida Hunting Park

El chef José Luis Reynoso y Ana Roque se convirtieron en empresarios a través de internet, después que crearon la marca Alta Cocina en YouTube en 2018. En sus inicios, Reynoso publicaba segmentos de videos semanales con recetas que realizada en su cocina doméstica.

Su canal les dio la exposición necesaria para comunicarse con los clientes antes de abrir el camión de comida, el 14 de diciembre de 2019, y después que se vieron obligados a cerrarlo el 16 de marzo de 2020, por los efectos de la pandemia.

Filadelfia fue la única ciudad en el estado de Pensilvania que ordenó el cierre temporal de los camiones de comida, como parte de las normas preventivas de COVID-19. Los cocineros de camiones de comida volvieron a los negocios a fines de mayo.

Reynoso y Roque sobrellevaron dos meses de dificultades económicas preparando platos de carne guisada y moro de frijoles los fines de semana, en su hogar en Olney.

“No queríamos perder a los pocos clientes con los que comenzamos a involucrarnos después de abrir el camión de comida, así que seguimos ofreciendo el servicio desde casa”, dijo Reynoso. Ahora, han vuelto a sus operaciones de tiempo completo y se han concentrado en interactuar con sus seguidores de @altacocinaphilly en Instagram.

El camión de comida Alta Cocina tiene un horario: de martes a domingo, 1:00 p.m. hasta las 2:00 a.m., donde preparan un total de 23 platos, que incluyen pasta, sándwiches, verduras a la parrilla y tacos, que vienen con papas fritas, batatas fritas, tostones o arroz. Los servicios están disponibles para su recogida o su entrega a domicilio a través de Uber Eats y DoorDash. Los pedidos también se pueden hacer por WhatsApp. Ocho alitas de pollo cuestan $8 dólares, el mofongo de chicharrón cuesta $12 y la paella de mariscos cuesta $25.

Pleasure Platters: Mariscos dignos de Instagram

Kindle Burrows ha tenido dificultades para ubicar un espacio dónde establecer un restaurante, con la esperanza de encontrar un espacio en el norte o noroeste de Filadelfia. Todo lo que necesita es la ubicación correcta al precio asequible, para llevar Pleasure Platters al siguiente nivel. Ha estado trabajando en la cocina de su hogar desde que comenzó con el negocio en mayo de 2019.

Pleasure Platters adquirió fama después que Burrows se conectó con los “pesos pesados” de Philly en Instagram, incluida Saudia Shuler, la propietaria de Country Cookin, y Milan Harris de Milano di Rouge, para probar su número 7, que incluye patas de cangrejo de nieve, camarones y mejillones. Funcionó.

Pleasure Platters tiene más de 14,000 seguidores en Instagram. Burrows cree que sus fanáticos perciben el esfuerzo que hacen ella y su esposo Kenny Burrows.

“Te ganas el respeto de las personas cuando están reconociendo y viendo que estás pujando cada músculo”, dijo.

Los platos del menú varían entre $16 y $44 dólares cada uno, donde hay patas de cangrejo, camarones, mejillones y langosta disponibles. Burrows prepara los servicios de los mariscos con papas, brócoli y mazorcas de maíz, y con su salsa de placer, una salsa mantecosa Old Bay picante con un toque dulce.

“Este no era mi sueño, pero resultó ser algo hermoso”, dijo.